A lo largo de la historia de los Pasanau, que se extiende a través de los siglos, existe un compromiso inequívoco con la tierra prioratina. Asentados en el pueblo de Poboleda desde 1850, los Pasanau trabajaron las tierras de la familia ininterrumpidamente hasta finales del siglo XIX, cuando la devastadora plaga de la filoxera arrasó el Priorat y su industria vitivinícola.
En 1940, el bisabuelo Joan Pasanau Garcia, hombre de notable visión y determinación, inició la replantación de las tierras con cepas nuevas. Su espíritu pionero y su amor profundo por la tierra todavía se ponen de manifiesto en las cepas viejas de Garnachas y Cariñenas plantadas en laderas de Llicorella, las primeras que se plantaron dentro de la D.O.Q. Priorato en 1984.
Durante la década de los 80, la cuarta generación de los Pasanau —los hermanos Joan, Albert y Ricard— se hace cargo de los viñedos y adquiere otras fincas, introduciendo nuevas variedades y nuevos sistemas de cultivo con el respeto de la tierra como nos enseñaron los nuestros antepasados. En 1995, siguiendo el sendero hacia el sueño del abuelo Joan Pasanau Estrems, los tres hermanos construyen la actual bodega en el pueblo de la Morera de Montsant, a los pies de la Sierra del Montsant.
En 2001, Wine Spectator posiciona el vino de Finca La Planeta 1997 en el lugar nº 58 del mundo, un reconocimiento a la fuerza de hasta entonces cuatro generaciones Pasanau que se abrieron camino entre laderas de vértigo y aristas de pizarra persiguiendo un sueño .
Desde el año 2020, la quinta generación hace una apuesta firme por la calidad y la tipicidad de unos vinos únicos en el mundo.
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